El masoquista extremo no necesita realizar el coito para obtener satisfacci�n sexual, la pr�ctica tiene mucho de masturbatorio ya que el coito es sustituido por la manifestaci�n simb�lica de la humillaci�n m�s o menos real.
El sadismo es la excitaci�n sexual provocada ante el hecho o la fantas�a de someter a otra u otras personas a sufrimiento f�sico o psicol�gico. El s�dico por tanto, no s�lo obtiene excitaci�n al inflingir dolor f�sico sino tambi�n al humillar, someter y degradar a la persona. El placer por la crueldad y el sadismo difieren en el hecho que el sadismo conlleva la excitaci�n sexual, mientras la crueldad es el mero deleite que algunas personas pudieran experimentar ante el sufrimiento ajeno. El nombre de sadismo deriva del famoso escritor franc�s Marques de Sade, coet�neo a la revoluci�n francesa. El marques fue protagonista de diferentes esc�ndalos al ser denunciado por prostitutas que le acusaban de drogarlas y golpearlas. Por ello pas� 13 a�os en prisi�n que dedic� a escribir sus fantas�as como contestaci�n a las cartas de amor que se su esposa le mandaba. La obra de Sade fue censurada durante a�os, entre sus obras destaca �Justine� y �Las 120 jornadas de Sodoma�. Dentro de la cultura sadomasoquista existe cierto grado de trasgresi�n de la norma, de acercamiento de lo prohibido.
Otras culturas
Tambi�n en otras culturas muy distantes de la occidental encontramos restos de pr�cticas sadomasoquistas. Los indios choc�es seg�n informa el Doctor Jos� Manuel Reverte Comas, se excitan sexualmente en el matrimonio con respectivas acciones sadomasoquistas. Ella le clava las u�as al marido en el ment�n hasta hacerle sangre y �l le da a ella unos fuertes y dolorosos pellizcos en las caderas que le producen hematomas. Asimismo, los hind�es se�alan en algunos de sus escritos, siete clases de mordiscos mediante los cuales obtiene placer s�dico el que lo da y excitaci�n masoquista quien lo recibe. Es antigua costumbre en la Isla de Borneo y otras de Malasia e Indonesia que el var�n atraviese su glande con una varilla met�lica llamada �kalang� rematada por dos botones met�licos. De esta manera practica el coito cosa que sus mujeres parecen agradecer bastante, pues incluso les regalan a ellos alg�n �kalang� de repuesto de vez en cuando.
En busca de referentes
Estas conductas sexuales han sido a menudo tachadas de desviaciones sexuales, aberraciones e incluso enmarcadas dentro de las patolog�as como �perversi�n demasiado alejada de lo normal�. Sin embargo, la desinhibici�n sexual, ha sacado a la luz el hecho de que este tipo de conductas sexuales, forman parte de la vida sexual de muchas personas que no sufren ning�n tipo de patolog�a. Cabe mencionar que la normalizaci�n de este tipo de pr�cticas ha llegado al punto de celebrarse encuentros sadomasoquistas, como el Primer Evento Sadomasoquista que se celebr� en Buenos Aires, en el que adem�s de ofertarse diferentes elementos de tortura y conductas t�picamente sadomasoquistas, se especifica el C�digo de Vestimenta consistente en prendas de cuero, pvc, l�tex y ropa oscura. A pesar de esto, el mundo del Sadomasoquismo sigue envuelto en un alo de misterio y depravaci�n y es que quiz�s, la l�nea que separa placer sexual saludable del trastono sexual es dif�cil de percibir si no contempla desde una perspectiva sexol�gica. Con estas premisas no es complicado entender el motivo por el cual, Internet se ha convertido en un lugar perfecto y seguro para saciar el apetito Sadomasoquista de muchas personas. Proliferan las p�ginas dedicadas a fotograf�as, v�deos y venta de objetos relacionadas con el sadomasoquismo.
Algunas pr�cticas sadomasoquistas: - Flagelaci�n. - Spaiking (Flagelaci�n de las nalgas. Es la acci�n de infligir dolor en las nalgas, con las palmas de las manos o alg�n otro objeto como una fusta, paleta o sandalia. - Bodange (Consiste en inmovilizar a la persona y realizar sobre ella diversas pr�cticas, er�ticas. Caracterizado fundamentalmente por el uso de ataduras con sogas, aunque tambi�n pueden usarse cuerdas, correas, cadenas, esposas de cuero, metal (para el cuello- cintura �dedos manos pies -) grilletes con extensores para atar en la pared, cepos empotrados, cepos m�viles. - Parto anal: Consiste en la simulaci�n de un parto por el ano, para llevarse a cabo debe realizarse una limpieza de la zona con una enema y estimulando la dilataci�n a trav�s de masajes prost�ticos introduciendo un peque�o objeto y luego expuls�ndolo desde el ano. Este tipo de pr�ctica se suele realizar sobre una camilla ginecol�gica. - Agujas: Consiste en la aplicaci�n de agujas en diversas partes del cuerpo. - Electroestimulaci�n: Consiste en la estimulaci�n sexual mediante peque�as descargas el�ctricas en la zona genital, anal o otras zonas del cuerpo no er�genas. - Esclavitud: Adem�s de la dominaci�n que supone esta pr�ctica sexual, se llega en ocasiones a enjaular desnuda a la persona masoquista mientras la pareja s�dica se masturba en presencia de la cautividad del otro. - Humillaci�n: Por ejemplo ser forzad@ a arrastrarse y ladrar como un perro o ser sometido a insultos verbales o defecarse encima. - Fist *****: Es la acci�n de introducir el pu�o de la mano en la vagina o la regi�n anal. - Lluvia dorada: Consiste en orinar encima de la otra persona. - Face Sitting: Consiste en sentarse sobre el rostro de la otra persona, obstruyendo las v�as respiratorias y de esta forma provocar su asfixia. - Trumpling: Es la acci�n de pisar, caminar sobre el cuerpo de la otra persona, puede realizarse con el pie desnudo o con calzado, ejerciendo presi�n con los tacones o la planta de los pies. - Velomancia Es la aplicaci�n de la cera caliente proveniente de una vela sobre la piel del otr@. - Trasformismo: Vestirse con ropa del otro sexo. Tambi�n puede utilizarse como forma de humillaci�n. - Hipoxif�lia o Asfixiofilia: Consiste en ser privado de ox�geno mediante compresi�n tor�cica, nudos, ligaduras, bolsas de pl�stico, m�scaras o productos qu�micos capaces de provocar el descenso de la oxigenaci�n cerebral. Pero atenci�n, esta pr�ctica es ciertamente peligrosa, de hecho cada a�o mueren en el mundo varias personas por accidentes al realizarla. - Ugulaci�n: Ara�ar profundamente la piel del compa�er@ durante las relaciones sexuales. - Ce�imiento: Consiste en atar a una persona con lazos y cuerdas y dejarla en un cuarto oscuro que simula ser una prisi�n. - Picacismo o pica: Es sufrimiento a trav�s del �gusto� se trata de ingerir substancias repugnantes o simplemente no alimenticias. Se incluye en esta conducta la ingesta de heces y orina. - Fr�o: La exposici�n al fr�o es utilizada para provocar excitaci�n sexual, por el sufrimiento al/a masoquista por la tortura que supone.
�Se puede delimitar cient�ficamente qu� es y qu� no es una perversi�n?
Para muchas personas estas pr�cticas sexuales pueden parecer patol�gicas, vergonzosas y quienes las practican depravados o enfermos mentales, sin embargo el n�mero de personas perfectamente sana que pr�ctica este tipo de conductas es muy considerable. No existe ning�n problema siempre que quede claro que son s�lo roles, juegos sexuales y ambos personajes asuman el papel er�tico que juegan, sin hacer nada que el otro no quiera realmente. En un foro sadomasoquista, uno de los cibernautas dec�a: �A trav�s de las pr�cticas sadomasoquistas no buscamos tanto el placer de castigar y ser castigados sino m�s bien, la conciencia l�cida de esa fuente de placer y su origen: dominancia/obediencia/sumisi�n�.
Desde hace unos a�os la APA (Asociaci�n Psiqui�trica Americana) propuso el cambio al t�rmino parafilia porque con el uso, �perversi�n� se hab�a vuelto excesivamente despectivo. Desde entonces, los sex�logos y dem�s profesionales de la salud venimos utilizando parafilia para referir el cl�sico concepto de perversi�n.
Inevitablemente todos tenemos elementos paraf�licos en nuestra sexualidad, el placer sexual es esencialmente obtenido a trav�s del juego en el que como si fuera una ensalada, se combinan m�ltiples aspectos paraf�licos: voyeur, exhibicionista, s�dico, masoquista, etc. Como en una ensalada, en diferentes ocasiones pueden disfrutarse de diferentes elementos, si bien es frecuente que cada persona tenga mayores preferencias por algunos de estos elementos paraf�licos.
La clave esencial del diagn�stico cl�nico de parafilia pasa por el criterio de exclusividad en la forma peculiar de obtener la excitaci�n sexual. Y por cierto, son m�s frecuentes entre los varones que entre las mujeres� Al contrario de lo que pueda creerse, el trastorno por parafilia supone una tremenda limitaci�n de las posibilidades de disfrute para el afectado. Presenta una reducci�n de su espectro de posibilidades de excitaci�n sexual, quedando, conforme progresa la severidad del trastorno, cada vez m�s restringidas sus opciones de obtener excitaci�n sexual, al verse �stas limitadas a su particular parafilia. Con frecuencia, suele tratarse de multiparaf�licos, de forma que asocian varias conductas paraf�licas, por ejemplo: exhibicionista, voyeur y frotteur; o transvestista y fetichista, etc.
J. Bustamante Bellmunt y J. J. Borr�s Valls |