Hasta los tres años de edad, en el ser humano no se observa una identidad sexual bien establecida; a partir de los cuatro años el mapa erótico ya esta completo y la tendencia definida. A partir de ahí, la cosa comienza a complicarse... Y es q la sexualidad humana constituye un conjunto de singularidad de comportamiento y fisiológica que no encaja bien con ningún modelo animal conocido. Y llega a embrollarse tanto todo lo que rodea al sexo en las relaciones humanas que su utilidad sólo puede ser explicada combinando disciplinas como la biología, la psicología y la sexología.

SEXO Y AMOR
Para explicar emocionalmente la utilidad del sexo, ante todo se ha de diferenciar entre practicarlo y hacer el amor. " En la práctica del sexo hay una satisfacción de una apetencia o motivación fisiológica que causa alivio y bienestar ", señala la psicóloga clínica Isabel S. Larraburu, que plantea que " las recompensas emocionales de practicar el sexo por el sexo dependen, en gran medida, de las expectativas ".Hacer el amor va un poco más allá del sexo, ya que implica todo lo anterior más una mayor interacción afectiva. " En este caso el sexo puede significar una forma de comunicación que promueve la proximidad, la entrega mutua, la consolidación del vínculo afectivo y el sentimiento de pertenencia ", explica Larraburu.

BIEN CON UNO MISMO
Sentirse admirado y deseado por otra persona siempre ayuda a elevar la autoestima. Y ahí es donde entran los beneficios del sexo. " Hacer que una persona se sienta deseada y atractiva puede hacer que se vea importante y necesaria ", señala la psicóloga. Además, al aumentar la autoestima la persona se encuentra mejor consigo misma, se cuida más y mejor, lo que influye para retrasar los efectos de la vejez en la salud.

ÉL, ELLA
El nivel de sexualidad de mujeres y hombres es idéntico, aunque puede ocurrir que ellos la expresen con más claridad. Los psicólogos plantean que la actitud femenina frente a las relaciones sexuales es más reflexiva y selectiva, puesto que necesitan más tiempo y más información para relajarse y poder centrarse en dicha tarea. Pero el desarrollo cultural de nuestra sociedad ha posibilitado que los seres humanos hayamos dejado a un lado lo estrictamente biológico en las relaciones sexuales. Por ello, y gracias a los anticonceptivos, podemos decir que las necesidades sexuales de hombres y mujeres se acercan cada vez más.

EN PAREJA
Las relaciones de pareja pueden dar lugar a diversos tipos de amor en los que el sexo aporta su grano de arena. Existen amores caracterizados por el compañerismo y la dependencia mutua,
donde el sexo actúa como una forma más de comunicación, tranquila y tierna, que une a la pareja, pero q no es lo más importante. Los hay pasionales, marcados por la necesidad de estar juntos y la posesión, en los que el sexo, los celos y la posesividad sexual son lo más importante. También los hay comprometidos, en que la pareja aporta al otro la idea de un proyecto fiable de por vida y donde el sexo pude estar presente, aunque no sea rara su ausencia casi por completo. 

MADUREZ EMOCIONAL
El sexo es una parte importante y necesaria, pero no la única ni suficiente, y quizá tampoco la más importante en la formación y supervivencia de un vínculo afectivo. Es, en definitiva, un componente pasional, señal del amor existente, una forma de comunicación que es recomendable no dejar extinguir, porque éste es el primer síntoma del declive de la relación. Por ello, la satisfacción sexual es más importante de lo que se cree. El nivel de satisfacción o insatisfacción sexual en una pareja está acorde con las expectativas de los dos.
 

EL CUERPO A TONO
Tenemos relaciones sexuales para , entre otras cosas, sentirnos bien, por puro placer y por la necesidad de experimentar cosas nuevas. Sin embargo, la práctica de estas relaciones nos
beneficia el organismo y nos ayuda, en ocasiones, como terapia médica. - Mejora la circulación y la actividad cardiaca, ya que al ser un ejercicio físico, aumenta la capacidad pulmonar y el número de latidos respectivamente. Para hacerte una idea, has de saber que cada beso apasionado consume hasta 12 calorías. - Alivia el estrés, puesto que libera en el cerebro endorfinas, unas sustancias similares a la morfina que producen placer. - Previene la falta de flujo en la menopausia: cuando la mujer se excita, se produce una secreción vaginal y las glándulas de desarrollan. - Fortalece el sistema inmunológico y previene infecciones, ya que la actividad sexual aumenta el número de glóbulos blancos (defensas) en la sangre. Además, ayuda a combatir la anemia, dado el ejercicio aumenta los glóbulos rojos y la relajación posterior facilita la absorción del hierro por el intestino delgado. - Previene y mejora la astenia primaveral, como resultado de la estabilidad de las hormonas femeninas. - Alivia dolores menstruales, ya que durante el acto el útero se entrena con las repetidas contracciones y la posterior relajación.

EL PECADILLO DE ONÁN
Si hablamos de sexo no hay que olvidar la masturbación. Cuando ésta se reduce a la relación con uno mismo, el ritmo es el autoimpuesto y no se debe supeditar el placer propio al de ninguna otra persona. Esta situación conlleva a un sentimiento de independencia y de autosuficiencia que puede contribuir a mantener la autoestima. Pero la masturbación también puede darse en pareja. Es una práctica que no debe avergonzar a nadie y que es una buena salida para conciliar las necesidades de pareja cuando éstas no coinciden.

CADA UNO, A SU MANERA
Físicamente, hombre y mujer afrontan a
su manera las relaciones sexuales. Para corroborarlo, algunos ejemplos: - el hombre se excita más ante estímulos visuales, mientras que la mujer es más sensible y excitable ante estímulos verbales. - En el coito, los hombres son más rápidos para alcanzar el orgasmo. El 70% de los hombre eyacula entre 30 segundos y dos minutos después de penetrar. - Entre un 10% y un 30% de las mujeres tienen capacidad multiorgásmica. Algo muy infrecuente en los hombres, ya que sólo se da en unos pocos adolescentes. - En la masturbación, ellas llegan al orgasmo con mucha más rapidez que sus parejas masculinas.

EL SEXO DEL SIGLO XXI
En resumen, el sexo empieza a perder ese aire de tabú que siempre le ha rodeado y hoy día es visto como una relación social cada vez más aceptada y practicada. Los datos así lo confirman. Si en 1971 la edad de la primera relación era de 19 a 23 años, en 1981 estaba entre 15 y 19 y en 1991 entre 14 y 17. En España, la media de edad para la primera
relación sexual es de 18,2 años. Otro dato: en 1970 el 100% de las mujeres de 20 años se declaraban vírgenes; en 1998 sólo un 20%.

Fuente de Información: revista
Clara